Tras finalizar ese verano, como cualquier otro, Margarita tuvo que volver a la rutina. Sin embargo, esa vez fue muy distinta a las anteriores.
Margarita estaba inmóvil en la puerta de su trabajo. Le faltaba el aire y le temblaban las piernas. No entendía que le estaba ocurriendo, era algo que había hecho cientos de veces, pero en esa ocasión se sentía incapaz y sobrepasada. El simple hecho de pensar en que tenía que volver a su mesa y hacer todo el trabajo acumulado durante las vacaciones, le generaba nauseas.
Se autoconvenció de que estaba exagerando y que sólo tenía que relajarse unos minutos. Cuando alcanzó su puesto de trabajo, empezó a pensar una y otra vez: "Todos van a ver en la reunión que no vales para esto, mejor márchate de aquí".
A partir de ese día Margarita, comenzó a mostrar mucha preocupación y cansancio, problemas para concentrarse en el trabajo y dificultad para conciliar el sueño.
Los síntomas que experimenta Margarita son propios de la ansiedad. Pero, ¿qué es exactamente la ansiedad?
La ansiedad es una emoción que nos ayuda a sobrevivir cada vez que percibimos un peligro, buscando distintas estrategias para reaccionar de la forma más eficaz. Esta emoción puede aparecer en situaciones muy diversas, tanto por motivos internos como externos. Veamos algunos ejemplos:
Normalmente, estos pensamientos van acompañados de:
Respuestas emocionales: sensación de miedo, bloqueo, indefensión…
Respuestas fisiológicas: temblores, taquicardia, falta de aire, sudoración, nudo en el estómago… Estas respuestas físicas de nuestro cuerpo intensifican más la respuesta emocional.
Respuestas conductuales: ante una situación de ansiedad, tendemos a emitir una respuesta de evitación a la situación, incluso llegando a quedarnos paralizados sin saber qué hacer.
Sin embargo, la ansiedad puede convertirse en patológica y generarnos malestar cuando se activa en situaciones inocuas o de bajo riesgo, o cuando aparece en determinados momentos que reaccionamos automáticamente de forma exagerada. Esto se debe al modo en el que interpretamos cada situación, principalmente, si aparecen pensamientos de incertidumbre (“no sé si apagué correctamente la luz a casa, mejor vuelvo y lo compruebo”) o de preocupación (“si mañana no me sale bien la entrega, seguramente me despedirán”).
Si tienes síntomas similares a Margarita o simplemente crees tener ansiedad, no dudes en solicitar una primera sesión informativa.
En Arquia trabajaremos para que seas conscientes de tus sensaciones y malestares, podrás aprender a relajarte en cuanto aparezca esa angustia y adoptar una postura crítica ante los pensamientos intrusivos.