El cuerpo como archivo: cómo la memoria corporal influye en nuestras relaciones
El cuerpo es un archivo emocional. Aquí te cuento cómo influye en tus relaciones… y cómo empezar a escribir algo nuevo.
Irene de Ana
11/18/20252 min read



Nuestro cuerpo recuerda cosas que a veces nuestra mente ya no sabe poner en palabras. Recuerda miradas, tonos de voz, silencios que dolieron, abrazos que nos calmaron o que nunca llegaron. Recuerda la forma en la que aprendimos a protegernos… y también cómo aprendimos a amar.
Y aunque intentemos “racionalizarlo”, el cuerpo tiene su propio idioma.
A veces habla con tensión, con un nudo en la garganta, con un vacío en el pecho, con una huida involuntaria o con un acercamiento demasiado rápido.
Ahí está el archivo: silencioso, pero vivo.
¿Qué es la memoria corporal?
Es la forma en la que el cuerpo almacena experiencias emocionales, especialmente aquellas vividas en la infancia o en relaciones importantes. No solo se guarda lo que pasó, sino cómo se sintió.
Es una memoria que se codifica:
En la postura
En la respiración
En el tono muscular
En la forma en que nos tensamos o relajamos
En la velocidad con la que reaccionamos
En cómo buscamos o evitamos el contacto
La memoria corporal no necesita palabras para activarse: basta un gesto, un tono o una sensación familiar.
La memoria corporal en las relaciones: ¿por qué reaccionamos como reaccionamos?
Muchas veces creemos que “elegimos” nuestras reacciones… pero la mayoría son automáticas, aprendidas, heredadas o ligadas a experiencias significativas. Por eso:
Te cuesta confiar aunque lo desees.
Sientes miedo cuando alguien se acerca demasiado emocionalmente.
Te angustia la idea de perder a alguien.
Te aferras rápido a personas que te dan un poco de calma.
Te bloqueas cuando surge un conflicto.
Necesitas controlar para sentirte segura.
Te desconectas cuando hay demasiada intensidad.
No es que “te pase algo raro”. Es que tu cuerpo está respondiendo con lo que aprendió que era seguro.
El cuerpo en modo protección
La memoria corporal no distingue pasado de presente: solo trata de protegerte.
Y aunque agradecemos esos mecanismos (porque en su momento te ayudaron a sobrevivir emocionalmente), hoy pueden complicar tus relaciones. A veces tu cuerpo:
Se adelanta: interpreta peligro donde no lo hay.
Se cierra: para evitar un daño anticipado.
Se exagera: porque el miedo se vuelve enorme.
Se congela: porque aprendió que esa era la forma más segura.
Todo esto son respuestas de protección, no defectos.
Entonces, ¿Se puede trabajar la memoria corporal?
Sí, y aquí es donde la terapia tiene un papel precioso y profundo.
En enfoques como la terapia cognitivo-conductual, la terapia humanista y el trabajo narrativo, se ayuda a que la persona reconecte con su cuerpo sin miedo, pueda entender sus respuestas, resignificar experiencias y aprender nuevas formas de relacionarse.
El trabajo puede incluir:
Poner palabras a sensaciones que antes parecían confusas.
Identificar qué emociones aparecen en el cuerpo.
Reconocer señales tempranas de activación.
Explorar qué “versión de ti” aparece en cada vínculo.
Crear nuevas experiencias emocionales seguras.
Se trata de que el cuerpo deje de estar en guerra con tu presente y pueda habitar relaciones más seguras y menos reactivas.
Tu cuerpo no está roto. Está en contando una historia.
Una historia antigua, que quizá te sigue acompañando para que puedas entenderte mejor.
El objetivo no es “borrar” esa memoria, sino transformarla. Que puedas reconocer tus reacciones con suavidad, comprender de dónde vienen y elegir, cada vez un poco más, cómo quieres relacionarte.
Tu cuerpo es un archivo, sí. Pero también es un espacio donde se puede escribir algo nuevo. Te animo a verlo juntas.
Correo de contacto
info@arquiapsicologia.es
Teléfono
+34 604921870
Horario de atención
L- J: 9:00-14:00, 16:00- 21:00

Despacho ubicado en Centro Sanitario con el número de Registro CS15434
Nos encontrarás en
Calle Mayor 6, Planta 2, Despacho 20
