Los mecanismos de defensa nacen en la persona y son recursos inconscientes, que tienen como objetivo permitir a la persona controlar la realidad. Es decir, son reacciones inconscientes que utilizamos en situaciones de elevado malestar donde nos es difícil aceptar el acontecimiento. De esta manera, los mecanismos inconscientes nos ayudan a:
- Mantener el equilibrio entre nuestros deseos reprimidos y las normas sociales.
- Proteger la estima propia que se ha visto amenazada
- Neutralizar conflictos o amenazas que se perciben como difíciles de afrontar.
Por ejemplo, se puede activar un mecanismo de defensa cuando tenemos que afrontar una situación difícil como una discusión con nuestra pareja. En este ejemplos, podemos hacer como si no hubiese pasado nada, o tratar de hacer muchas cosas en el día para retrasar el momento de hablar con la otra persona.