Las Ondas del trauma: ¿Cómo las experiencias de una generación impactan a las siguientes?

El trauma transgeneracional es un concepto que nos invita a reflexionar sobre cómo las experiencias traumáticas vividas por una generación pueden influir en las generaciones posteriores.

TRAUMA

Irene de Ana

11/25/20244 min read

Imagina una piedra arrojada a un lago tranquilo. Las ondas que se forman pueden extenderse mucho más allá del impacto inicial, alcanzando lugares insospechados. Algo similar ocurre con el trauma: sus efectos no solo afectan a quien lo vive directamente, sino que también pueden propagarse a través de generaciones.

Este fenómeno, conocido como trauma transgeneracional o heredabilidad del trauma, nos ayuda a entender cómo los eventos traumáticos dejan una huella en descendientes que, muchas veces, ni siquiera vivieron esos acontecimientos de primera mano. Sus efectos pueden ser transmitidos a través de patrones familiares, narrativas, comportamientos e incluso procesos biológicos.

"Laura, de 35 años, siempre se sintió abrumada por la necesidad de ser perfecta. Aunque su infancia fue tranquila, experimentaba ansiedad constante, preocupada por pequeños detalles que para otros no eran importantes. Al comenzar terapia, Laura descubrió que su madre había vivido el impacto de una guerra civil en su juventud, un trauma que no había sido completamente procesado. Aunque su madre nunca le habló directamente sobre ello, la sensación de miedo y la necesidad de control se transmitieron de manera inconsciente a Laura.

A través de la terapia, Laura entendió que esa ansiedad no era solo suya, sino un patrón heredado. Al reconocer el trauma transgeneracional, Laura empezó a liberarse de las expectativas imposibles que había internalizado y comenzó a aceptar que no necesita ser perfecta. Ahora, trabaja en sanar estas heridas familiares y en romper el ciclo para las futuras generaciones de su familia."

¿Qué es el Trauma Transgeneracional?

El trauma transgeneracional, también llamado trauma intergeneracional, sucede cuando las experiencias traumáticas de una generación, como guerras, abusos o pérdidas importantes, dejan huellas en las siguientes generaciones. No hace falta que vivas el trauma directamente; a veces, los comportamientos, emociones o miedos de tus padres o abuelos pueden transmitirse sin que nadie lo note. Así, el dolor y las dificultades no procesadas por una generación pueden convertirse en un legado emocional que afecta a las siguientes.

Esto ocurre porque las heridas emocionales que no se trabajan tienen la capacidad de "pasarse" de una generación a otra, ya sea a través de formas de crianza, dinámicas familiares o incluso en el cuerpo, mediante cambios en cómo funcionan o se expresan ciertos genes.

Veamos algunos ejemplos:

Descendientes de sobrevivientes de guerras o desastres: Los hijos de veteranos de guerra o refugiados que escaparon de conflictos armados a menudo heredan una sensación de inseguridad o miedo, incluso si no han vivido directamente estos eventos. Esto puede deberse tanto a la transmisión de narrativas familiares cargadas de dolor como a alteraciones epigenéticas.

Impacto del acoso escolar: Las familias de personas que han sufrido acoso escolar pueden desarrollar dinámicas de sobreprotección o ansiedad social. Aunque los hijos no hayan vivido directamente el bullying, pueden heredar un miedo al rechazo o a ser diferentes, inculcado por padres que intentan protegerlos del dolor que ellos experimentaron.

Heridas de la violencia de género: Hijos de mujeres que han sido víctimas de violencia de género a menudo crecen en un ambiente de tensión o miedo, lo que puede traducirse en una tendencia a evitar el conflicto, a desconfiar de los demás o a replicar patrones de relación disfuncionales en su vida adulta.

Pobreza y legado emocional: Familias que han vivido en pobreza extrema pueden transmitir a sus descendientes una preocupación constante por la seguridad económica, incluso cuando la situación financiera ya no sea precaria. Esto se refleja en patrones de ahorro excesivo, miedo a los riesgos o creencias limitantes sobre la abundancia.

¿Por qué ocurre el Trauma Transgeneracional?

Hay dos formas principales en las que el trauma puede pasarse de una generación a otra:

  • A través de la biología:
    Las investigaciones en epigenética (un área que estudia cómo los genes se "activan" o "desactivan") han encontrado que el estrés vivido por una persona puede dejar huellas en su ADN. Por ejemplo, una madre que vive un trauma intenso durante el embarazo puede transmitir cambios a su bebé que influyen en cómo este reacciona al estrés en el futuro.

  • A través de las relaciones familiares:
    Por otro lado, muchas veces heredamos el trauma de forma emocional. Si nuestros padres o abuelos vivieron algo muy doloroso que no pudieron procesar, es común que sus miedos, ansiedades o formas de actuar se reflejen en la forma en que nos criaron. Por ejemplo, si tus abuelos vivieron en pobreza extrema, quizá en casa siempre hubo una preocupación constante por "ahorrar por si acaso", incluso en épocas más estables.

¿Cómo romper con el ciclo del trauma?

Lo primero que quiero que sepas es que no estás destinado a vivir atrapado en esta herencia emocional. Si sientes que algo de lo que has leído aquí resuena contigo, hay formas de trabajar estas dinámicas para sanar:

  1. Reconoce el trauma:
    Hablar sobre la historia familiar y entender de dónde vienen ciertos miedos o comportamientos es un primer paso poderoso. Muchas veces, simplemente darle un espacio a esas historias no contadas puede aliviar tensiones.

  2. Busca ayuda profesional:
    La terapia puede ayudarte a identificar patrones emocionales que has heredado y a construir nuevas formas de relacionarte contigo mismo y con los demás. Técnicas como la terapia centrada en el trauma o la terapia familiar son muy efectivas para estos casos.

  3. Cuida tu bienestar emocional:
    Aprender a regular tu sistema nervioso, conectar con tu cuerpo y priorizar tu salud emocional son herramientas clave para romper con patrones que se han perpetuado en la familia.

Aunque puede parecer que estamos atrapados por las historias de nuestras familias, lo cierto es que siempre tenemos la capacidad de cambiar. Entender cómo el pasado influye en nosotros no solo nos permite sanar, sino también construir una relación más consciente y libre con nuestra historia.

Si crees que este tema resuena contigo y quieres trabajarlo, no dudes en contactarme. Juntos podemos explorar cómo liberar el peso de esas historias familiares y construir un futuro más ligero.