Las Etiquetas en Psicología: ¿Nos Definen o Nos Limitan?
En este post exploraremos el papel de las etiquetas en psicología, sus beneficios y los riesgos que pueden implicar si se usan de manera inapropiada.
Irene de Ana
9/23/2024
Las personas siempre buscamos tener la sensación de control sobre las cosas que nos rodean. Una de las formas que hemos encontrado es a través de ponerle nombre a las experiencias, eventos que vivimos... con ello conseguimos transformarlo en elementos accesibles a nuestro procesamiento racional, y a partir de este momento, procesamos, codificamos, almacenamos y recuperamos la información. De esta manera, podemos entender y aprender del mundo que nos rodea.
En general, las etiquetas nos sirven para categorizar y darle un valor a los elementos y situaciones.
Las etiquetas son utilizadas para categorizar y diferenciar a las personas. Algo similar ocurre en la Psicología. Estas etiquetas pueden incluir diagnósticos formales, como el Trastorno de Ansiedad Generalizada, o descripciones más informales, como "perfeccionista" o "introvertido. Sin embargo, es importante preguntarnos: ¿hasta qué punto estas etiquetas ayudan y cuándo comienzan a limitarnos?
Beneficios de las etiquetas
En muchos casos, las etiquetas son necesarias para entender y tratar mejor una condición. Ayudan a los profesionales de la salud mental a crear un plan de tratamiento adecuado y proporcionar apoyo personalizado.
Veamos algunos beneficios de las etiquetas cuando se usan correctamente:
Comprensión y Claridad:
Un diagnóstico o una etiqueta puede ayudar a la persona a comprender mejor lo que está sintiendo. Ponerle un nombre a lo que experimenta puede brindar alivio al sentir que no está sol@ y que existe una explicación para lo que siente.
Acceso a Tratamiento:
Las etiquetas permiten a los profesionales de la salud mental desarrollar un plan de tratamiento específico y basado en evidencia. También facilitan el acceso a servicios de apoyo y recursos
Comunidad y Apoyo:
Tener un diagnóstico en común puede permitir que las personas se conecten con otros que atraviesan situaciones similares, creando una comunidad de apoyo que fomenta la empatía y la comprensión.
Facilitan la Comunicación:
Las etiquetas proporcionan un lenguaje común entre profesionales y pacientes, lo que facilita la comunicación y el entendimiento de las condiciones psicológicas.
Riesgos de las etiquetas
Como hemos visto las etiquetas pueden ser útiles, sin embargo, también conllevan ciertos riesgos, especialmente si se utilizan de manera imprudente o sin tener en cuenta la individualidad de cada persona. Algunos de los riesgos incluyen:
Estigmatización:
Una etiqueta puede llevar a que las personas sean vistas solo a través de su diagnóstico, lo que puede generar prejuicios y estigma. Esto puede hacer que una persona se sienta aislada o juzgada.
Autoidentificación Limitante:
A veces, las personas pueden llegar a verse únicamente a través de la lente de su diagnóstico. En lugar de ser "alguien con ansiedad", pueden sentirse como "la persona ansiosa", lo que reduce su identidad a esa etiqueta.
Sobrediagnóstico:
El uso indiscriminado de etiquetas puede llevar al sobrediagnóstico o a diagnósticos incorrectos, lo que puede generar tratamientos inapropiados o innecesarios.
Falta de Flexibilidad:
Las etiquetas pueden generar una visión rígida de la persona, lo que dificulta reconocer su capacidad de cambio y crecimiento. Las personas no son sus diagnósticos; son seres humanos en constante evolución
¿Cómo podemos usar correctamente las etiquetas?
Para aprovechar los beneficios de las etiquetas en psicología sin caer en sus riesgos, es importante adoptarlas con conciencia y flexibilidad. Aquí algunos consejos:
Recuerda la Individualidad:
Las etiquetas son útiles, pero no lo son todo. Cada persona es única y no debe definirse completamente por su diagnóstico. Al trabajar con pacientes o con nosotros mismos, es esencial no perder de vista la complejidad de la experiencia humana.
Evita la Sobregeneralización:
Un diagnóstico es solo una parte de la historia. Es fundamental no usarlo para encasillar a las personas o atribuirles comportamientos que no necesariamente corresponden con su condición.
Enfócate en el Proceso, No Solo en la Etiqueta:
Más allá de las etiquetas, lo importante es el proceso de recuperación o crecimiento personal. El diagnóstico es un punto de partida, pero el objetivo es mejorar la calidad de vida, no definirnos exclusivamente por esa condición.
Revalúa Regularmente:
Las personas cambian con el tiempo, y es posible que las etiquetas ya no reflejen su estado actual. Es importante revisitar diagnósticos y estar abiertos a la posibilidad de evolución.
Las etiquetas en psicología son herramientas valiosas que pueden facilitar el diagnóstico, el tratamiento y la comunicación. Sin embargo, es esencial recordar que estas etiquetas no definen a una persona en su totalidad. Debemos usarlas con sensibilidad, evitando que limiten la identidad o el potencial de quienes las llevan. Todos somos más que nuestras etiquetas.
Las etiquetas no definen a las personas.
No somos esa etiqueta. No somos el problema, sino que tenemos problemas o malestares que nos acompañan. Si te has encontrado en una situación similar, donde has recibido de manera frecuente etiquetas y están han estado muy presentes en tu vida, o que te has dado cuenta de que utilizas las etiquetas de manera inadecuada…
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