La Ciencia detrás del Trauma Transgeneracional

Descubre cómo las experiencias de vida pueden dejar huellas que se transmiten entre generaciones. Este artículo, es una continuación de la serie que explora la ciencia detrás del trauma heredado, explicando conceptos como la epigenética, estudios científicos que avalan esta transmisión y la diferencia entre los factores biológicos y psicológicos en la herencia del trauma.

TRAUMA

Irene de Ana

1/20/20254 min read

Los sucesos vitales estresantes y las experiencias traumáticas no solo dejan huellas en la memoria o las emociones; también puede influir en nuestro cuerpo a nivel biológico, llegando incluso a impactar en las generaciones futuras. 

La epigenética, una disciplina que estudia cómo el ambiente afecta la expresión de los genes, nos ofrece una perspectiva fascinante sobre cómo las experiencias traumáticas pueden ser "heredadas".

La epigenética se centra en los cambios que afectan la expresión de los genes sin modificar su estructura. Imagina que los genes son un libro con instrucciones, y la epigenética decide qué páginas se leen y cuáles se pasan por alto. Estos cambios son influenciados por factores ambientales como la alimentación, el estrés o los eventos traumáticos.

Un evento traumático puede generar "marcas epigenéticas" en el ADN, que funcionan como notas al margen del libro. Estas marcas pueden hacer que ciertos genes relacionados con el estrés o la respuesta inmunitaria se activen o inhiban, y estas modificaciones pueden ser transmitidas a las siguientes generaciones. Por ejemplo, una mujer que ha vivido en un entorno de violencia de género puede desarrollar una hipersensibilidad al estrés que impacta en su capacidad para gestionar conflictos. Estas adaptaciones, reflejadas epigenéticamente, podrían influir en sus hijos/as, quienes podrían llegar a experimentar una respuesta más sensible al estrés, incluso en contextos menos amenazantes.

¿Qué es la epigenética?

A continuación, te dejo algunos estudios científicos que ilustran cómo el trauma puede dejar marcas no solo en la mente, sino también en el cuerpo, y cómo la psicología puede abordar estos efectos desde una perspectiva integradora:

  1. Trauma relacional y estrés parental: Estudios (ej: Yehuda & Lehrner, 2018) han mostrado que padres que han vivido traumas relacionales en su infancia, como negligencia o maltrato, pueden transmitir niveles elevados de cortisol (hormona del estrés) a sus hijos. En terapia, se emplean técnicas como el trabajo con apego para romper patrones de hipervigilancia o reactividad emocional.

  2. Violencia de género y estilos de crianza: Investigaciones (ej: Van Der Kolk, 2015) han encontrado que los hijos de mujeres que han sufrido violencia de género muestran una mayor predisposición a la ansiedad o la depresión. En consulta, se utilizan intervenciones centradas en la reparación emocional del vínculo entre madre e hijo, como la terapia filial, para promover una crianza más segura y menos reactiva.

  3. Heridas intergeneracionales en contextos migratorios: Familias migrantes que han experimentado desarraigo y discriminación a menudo transmiten narrativas de supervivencia marcadas por el miedo o la culpa (ej: Kira, et al., 2013). La terapia narrativa y la intervención grupal son herramientas valiosas para resignificar estas historias y fomentar una identidad más resiliente.

  4. Impacto del estrés económico: El estrés derivado de dificultades económicas crónicas, como la precariedad laboral o el desahucio, ha demostrado  (ej: McEwen & Gianaros, 2010). tener efectos epigenéticos que incrementan la vulnerabilidad al estrés en las siguientes generaciones. Aquí, intervenciones como la psicoeducación y el fortalecimiento de redes de apoyo social son esenciales para amortiguar este impacto.

Como adelantábamos en el artículo anterior sobre trauma transgeneracional, es crucial diferenciar entre los mecanismos biológicos y psicológicos que perpetúan el trauma a través de generaciones:

  1. Heredabilidad biológica: Las marcas epigenéticas afectan cómo se expresan los genes y pueden transmitirse a la descendencia. Este proceso ocurre de manera automática, sin necesidad de que la experiencia traumática se "explique" o se comparta. Por ejemplo, una madre que vivió violencia extrema durante el embarazo podría transmitir alteraciones epigenéticas que hacen a su hijo más reactivo al estrés desde su nacimiento.

  2. Transmisión psicológica: Más allá de la biología, el trauma también se transmite a través de narrativas familiares, patrones de comportamiento y creencias o etiquetas. Por ejemplo, una familia que evita hablar de experiencias traumáticas pasadas, como un divorcio conflictivo o una pérdida importante, podría fomentar en sus hijos una sensación de incertidumbre o inseguridad emocional.

En muchos casos, ambos mecanismos trabajan de forma conjunta, reforzando los efectos del trauma en las generaciones futuras.

Pero, ¿cómo se pueden transmitir las experiencias traumáticas?
¿Por qué es importante entender el trauma?

El trauma heredado puede manifestarse en diferentes áreas de nuestras vidas, influyendo en la forma en que nos relacionamos con los demás, manejamos el estrés o enfrentamos desafíos emocionales. Este entendimiento es crucial en contextos como la psicoterapia, donde identificar las raíces de ciertos patrones puede ser el primer paso hacia la sanación. Comprender los efectos del trauma heredado nos ayuda a:

  1. Tomar conciencia: Identificar patrones emocionales o conductuales que podrían tener raíces en generaciones anteriores.

  2. Romper el ciclo: Abordar tanto los efectos biológicos como psicológicos del trauma puede prevenir su transmisión a las futuras generaciones.

  3. Sanar como individuos y familias: La terapia psicológica y las intervenciones basadas en el cuerpo, como la terapia somática, son herramientas efectivas para trabajar con estas dinámicas.

El trauma heredado no es una sentencia de por vida. Saber que nuestras experiencias actuales pueden estar influenciadas por historias pasadas nos brinda una oportunidad única para comprendernos mejor y sanar. Al trabajar en nuestra propia sanación, no solo nos liberamos a nosotros mismos, sino que también construimos un legado emocionalmente más saludable para las generaciones futuras.

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Bibliografía

  • Jovanovic, T., & Ressler, K. J. (2010). How the neurobiology of trauma and resilience affects posttraumatic stress disorder. Annual Review of Psychology, 61, 139-161

  • Van Der Kolk, B. (2015). El cuerpo lleva la cuenta. Traumas y su impacto en el cuerpo y la mente.

  • McEwen, B. S., & Gianaros, P. J. (2010). Central role of the brain in stress and adaptation: Links to socioeconomic status, health, and disease. Annals of the New York Academy of Sciences, 1186(1), 190-222.

  • Kira, I. A., et al. (2013). The dynamics of post-traumatic growth across different trauma types in a Palestinian sample. Journal of Loss and Trauma, 18(2), 120-139.